Payaso

Siguiendo la lógica general, nos encontramos con el problema del estereotipo: como norma de pertenencia grupal y factor discriminador. El sujeto estético, el tipo atlético, el actor que por el puro efecto de la atención puesta sobre de si se convierte en la imagen a imitar, se convierte a su vez en el margen para quienes carecen de la agilidad o la audacia para la imitación. El payaso es por si, una ridiculización de él mismo, tal como lo describe la escuela profesional: es un conjunto de las características evidentes del interprete, llevadas a su exageración más ofensiva y/o ridícula. De este modo el payaso rompe con la representación de si mismo y nos libera del tótem, dejándonos ante la desnudez del humano: la burla, el escarnio de si mismo. Además es la condición universal, donde cobramos el mismo valor por la ausencia de jerarquías.